lunes, 28 de febrero de 2011

Capitulo 31: Enfermedad.

Hola, perdon por haber desaparecido. Aprhodite te acabo de agregar en messenger ;)
Bueno, sin mas que decir: Capitulo.


— ¿Perdón? –pregunte con asombro, ambos se miraron por unos segundos antes de fruncir al mismo tiempo su ceño.- ¿Escuche tu ex novia?
—Por desgracia, si. –masculló Dania con los brazos cruzados sobre su pecho y con un gran sonrojo en su cara.
—Woah, eso es… sorpresivo. ¿Dónde diablos se conocieron? –pregunté sonriente.
—Italia. –respondió Antonello encogiéndose de hombros y mirando sus uñas.
—Fue en Paris. –reclamó enfurecida Dania, sus uñas negras brillaron cuando señaló al chico frente a ella.- ¡Por eso terminamos, eres un maldito tonto!
— ¡No me digas tonto, malcriada!
— ¡No insultes a mi madre, cerdo asqueroso!
— ¡Eres una inmadura!
—Ambos son inmaduros, malcriados y tontos, por que definitivamente hacen linda pareja. –llevé ambas manos a mi boca al ver como los dos me miraban con enojo, se giraban y se iban en diferentes direcciones.- Bah, solo les decía.
Caminé con las manos en los bolsillos, inspiré con fuerza y tomé mis cosas, quería ir al parque, a estar un rato sola. Necesitaba pensar en la situación que acababa de recordar.
Dejándome caer sobre el césped, cerré los ojos y me concentré en lo poco que recordaba.
Entré a la casa que reconocí enseguida como la de Dania. Caminé por el pasillo hasta el umbral de la puerta del comedor. Denisse estaba haciendo el aseo.
— ¡Bienvenida a casa! –Exclamó con su alegre voz Denisse.- Oh, no sabia que vendrías, cariño. Pasa Aurora, no te quedes ahí, adelante.
—G-gracias. No sabia donde ir… y-yo… -no pude continuar por los sollozos. Denisse me guió hasta los sillones y corrió a la cocina, se quedó a mi lado hasta que me bebí una tasa de té que me tranquilizo un poco.
— ¿Voy por Dania? –Preguntó con su voz suave, yo negué volviendo a llorar silenciosamente, puso su mano en mi hombro.- ¿Qué sucede, Aurorita?
—S-solo n-necesito un a-abrazo, p-por f-favor –supliqué volviendo a llorar explosivamente.- Solo uno.
Y ella lo hizo, me sostuvo hasta que mis ojos se cerraron sin poder continuar llorando, hasta que la noche cayó y Dania junto a Balthazar volvieron a su hogar. Pero no me importó, solo quería que me abrazaran fuerte y así poder borrar las fuertes palabras que se repetían a fuego lento en mi mente.
—Solo es una maldita bastarda, su madre era una puta, nadie sabe siquiera quien es su padre. Mi madre siente lastima por ella, solo por eso esta aquí o si no, estaría muy lejos en un internado.
Muy lentamente me separé de Denisse y me levanté
ignorando el repentino mareo que me embargo por completo, tomé mi mochila ya olvidada en el suelo.
—Lamento haberla hecho perder el tiempo, no quise molestarla. –tome aire y mire a Dania.- Q-quería decirte lo importante que has sido en mi vida, Dani. Eres la mejor amiga que alguien puede tener, lamento las veces que te hice daño de forma inconciente. Te quiero. Y-ya me voy.
Abrí la puerta y cruce la calle con las manos en mis bolsillos, no podía mirar atrás, por que si lo hacia estaba segura de no poder hacer lo que planeaba.
— ¡Aurora!
No, por favor. Ya es suficiente, no puedo despedirme de él.
Apure mi paso, pero de todas formas me alcanzó. La lluvia comenzó a caer de forma torrencial, y yo tan solo esquive su mirada.
—Debo marcharme, Balthazar. Mis tíos deben estar preocupados, Dante quiere matarme… -mi voz se quebró en un sollozo angustiado. Y él me envolvió con sus brazos con fuerza. Si es que no lo hago yo.- N-no lo soporto más. ¡No puedo más!
—Shh, tranquila, amor, tranquila. Dime que diablos te puso tan mal, por favor.
—Es-estaba en casa, en mi pieza escuchando música mientras terminaba las tareas y… me f-faltaba un lápiz, por lo que fui a pedirle prestado uno a Patrice… Y ella… ella estaba ahí con unas amigas, es-estaban hablando de mi. No pude evitar escucharlas, e-ella… e-ella me odia. ¡Y yo no le hice nada! Dijo esas cosas tan… y me dolió… yo… ¿Balthazar? ¿q-que haces?
Su nariz rozó mi cuello sus labios separados succionaban mi carne con pasión, antes de separarse y verme directo a los ojos…
Sus ojos estaban negros. Completamente negros.
—Hueles exquisito… siempre me he preguntado si sabes igual. –murmuró con lentitud, su voz demasiado sensual.
— ¡Ya basta, me estas asustando! –exclamé alejándome de él con la respiración agitada y con una mano en mi cuello donde un pequeño flujo de sangre corría libremente. Él solo me observo con seriedad.- t-tus ojos están negros, Balthazar, están muy negros…
Él paso su lengua por sus labios muy lentamente antes de inclinarse y besarme con desenfrenada pasión.

¡¡Claro, ya estábamos llegando a la parte en que se volvió vampiro!!
Sentí como un cosquilleo subía por mi garganta, alcance a mover mi cabello e inclinarme lo más lejos de mis cosas antes de vomitar. Pequeños espasmos rodearon mi cuerpo y me sentí repentinamente mas enferma, mi frente ardía. ¿Yo con fiebre? ¡Eso si que era extraño!
Levantándome, apoyada de un árbol, intente llegar a casa, aunque no fui muy lejos antes de desplomarme, cayendo en la oscuridad.
***
— ¿Aun no despierta? –preguntó una voz lejana. Poco a poco todo se hizo más claro, estaba en mi pieza. La persona que acababa de hablar era mi tía.
—Joder, no. Aun parece muerta con lo pálida que está. ¿El medico ya llego? –la voz de Dante estaba tensa, preocupada.
—No, aun esta en camino. –susurró Patrice. Mi estomago se encogió, necesitaba algo para pasar el sabor a bilis que subía por mi garganta, mi mente aun tenia clavada las desdeñosas palabras de mi propia prima.
— ¿Aurora? ¡Traigan agua! –exclamó Lily. Entreabrí los ojos, chocando con la insoportable luz. Al segundo, un vaso de agua estaba contra mis labios, bebí con avidez.
— ¿C-como…? –Aclaró su garganta antes de continuar.- ¿Cómo llegue a casa?
—Gracias al cielo, Max te encontró –dijo mi tía con horror. Levante mi cabeza para ver a Max, él ondeo su mano en un saludo, se lo devolví con un asentimiento.- Dios, muñeca, debiste haberme dicho que estabas enferma. El amigo de Bruno vino a decir que estabas mal en el instituto, debiste llamar para ir por ti.
—Ya, claro –dije colocando los ojos en blanco, ignorando la punzada de dolor.- No me sentía mal, solo fue… repentino. No es necesario que venga un doctor.
—Lo es. Si que lo es, por lo que vendrá, Aurora. –gruñí mostrando mis dientes, con furia. Mire a mi madre con enojo explosivo. La habitación pareció tensarse con conciencia de la pelea que estaba por comenzar.
—Señora, no se que hace en mi pieza, además usted no es quien para meterse en mi vida. Le pido que salga de aquí…
—Por si se te olvida, soy tu madre. –espetó con dureza. Mis ojos se entrecerraron.
—A la que se le olvida es a otra, ¿O acaso Patrice y Lily no fueron pruebas suficientes? –me senté sobre la cama y le di un manotazo a Dante quien intento ayudarme. La señale con mi dedo índice.- Usted dejo de ser mi madre cuando olvido quien soy.
—Lamentablemente para ti, soy tu madre. Lo soy y no cambia nada el hecho que no quieras que lo sea. Soy tu madre, Aurora, te guste o no te guste. –su voz se lleno de dolor.
—Oh no, no es algo de gustarme o no gustarme –dije sonriente, pase una mano por mi cabello y negué lentamente, sintiendo las lagrimas que caían con fuerza de mis ojos y odiándome por ser tan débil.- Dios, señora, si fuese por gusto habría elegido hace mucho a mi tía como madre. No, es por corazón. ¿Sabes cual es mi fruta preferida? ¿Mi color? ¿Qué música escucho? ¿Quién fue mi primer novio? –el silencio se extendió entre ambas, olvidando que habían mas personas en la habitación. Asentí.- No, claro, no sabes nada de mi. Joder, no sabes que estuve esperando todos estos años para que regresara. ¡No sabes cuantas noches llore deseando un abrazo, una madre! ¿Y a cambio de que fuero mis ilusiones, eh? Que te confundas con mi propia prima, o con mi cuñada. Linda, linda madre…
—Pero te salve. Te salve de que ese monstruo y por eso…
— ¡Se bien que por mi culpa estuviste metida en la cárcel, se que no tuve una madre por ese bastardo, pero…! –Me quede callada con la respiración agitada, baje los hombros.- Pero pensé que podríamos haber sido por fin una familia, tú, Dante y yo. Nunca creí que sucedería algo así… Pero, bah, no vale la pena.
Camine hasta el baño, tambaleándome. Antes de llegar, me tropecé con mis propios pies y Dante me sostuvo, abrazándome con fuerza.
—Ya paso, todo ha terminado hermana. No te atormentes más. -su voz se quebró. Se detuvo y sus ojos se abrieron con shock.- Oh dios, estas sangrando. ¡Aurora estas sangrando demasiado!
Mi boca se abrió, pero ni un sonido salio de ella. Cerré los ojos y sentí como la oscuridad me tragaba una vez más.
********************
¿Que sucede ahora?
Debo decir que ya nos acercamos al final.
¿El fin por fin?
Nos leemos pronto, con sorpresas que los dejaran O.O

2 comentarios:

  1. ¡Noooooo! ¿Como me dejas así? Casi sufro un infarto jaja ¡¿Porque sangra?!
    ¡Dios miooooo! voy a soñar con eso jaja.

    Y de la risa con Dania y Antonello, con esta parte casi me haces llorar:
    —S-solo n-necesito un a-abrazo, p-por f-favor –suplique volviendo a llorar explosivamente.- Solo uno.

    Pobre Aurora, en serío.
    Primero -recuerda- las horribles palabras que dijo Patrice y luego que lo de su mama... Aunque también entiendo a su mama. Fueron años separadas, no es como si pudiera saber cada detalle de la vida de Au.

    P.D
    Me encanto el capitulo, fue... wow

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  2. Por cierto, ya te acepte en el msn.
    Espero verte por ahí pronto.
    Un beso :D

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