martes, 5 de julio de 2011

Personajes: Lily


Traaaas mucho tiempo sin ni un solo personaje, les traigo a... ¡¡Lily!!


Nombre: Lily Smith

Edad: 16
Familiares: Señores Smith (Padres adoptivos)

Amigos: Es muy sociable, tiene un montón de conocidos por ser tan popular pero sus amigos son solo el circulo de Dante. Al principio se llevaba muy mal con Aurora, pero solo era para llamar su atención por que siempre quiso ser su amiga.

Hobbys: Es porrista. Le encanta el baile y la música.

Pareja o Amor: Su pareja estable es Dante aunque estuvo mucho tiempo enamorada de Jake.

Descripción: Es una chica muy bromista, optimista y divertida. Segura, tierna y muy, muy educada. De ahí la llaman princesa del instituto. Es una chica mega popular y todos creen que su noviazgo con Dante es la más perfecta relación que puede existir, y no es como si ellos lo quisieran negar, por que si que lo son.

lunes, 4 de julio de 2011

Capitulo 35: Elección.

Quiero agradecer a Vivi, a Queen, a Aphrodite y a cada persona que ha leído esta historia de manera anónima C:

El próximo capitulo -que si, es el ultimo- no tardara mucho en colgarse. De todas formas, continuare editando los capítulos. ^^ E incluso si lo termino de editar todo, puedo que lo suba en formato Word xD

Ahora si les dejo el cap:


Elegir a quien amas en verdad.

Mi cabeza se sentía confundida, recargada de información de la cual jamás debí olvidarme: El pasado.

A quien amo en verdad… ¿Balthazar o Jean Paul? ¿Jean Paul o Balthazar?

Abrí lentamente mis ojos y me senté sobre la cómoda cama de dos plazas, no me importaba saber donde estaba, simplemente quería entender todo.

¿Balthazar o Jean Paul?

Mis pies tocaron el frío suelo y el camisón largo cayó en un delicado movimiento, camine hasta un gran ventanal y me maraville ante la vista…

¿Balthazar o Jean Paul?

Una de las tres puertas de la habitación se abrió y antes de que pudiese reaccionar era aplastada en un asfixiante abrazo. No necesitaba girarme para saber que era Dania. Ella sollozó y me apretó con más fuerza.

—Creí me morirías, estúpida chiquilla…

—Soy mayor así que la estúpida chiquilla eres tú, Dania. –dije medio en broma, medio verdad.

—Me hiciste sufrir, Aurora.

— ¿Rompí tu corazoncito? Quien lo diría, ¿eh?

— ¡Volviste! –chilló la pelirroja sonando gratamente asombrada.- ¡Volviste a ser mi malcriada amiga!

Me gire y nos miramos por largos segundos antes de estallar en carcajadas. Ella me abrazo con fuerza y sonrió feliz.

— ¿Así recuerdas todo lo que hicimos?

—Si, aunque desearía no hacerlo… Bueno, la mayor parte –dije bromeando, Dania soltó risitas bajas antes de tomar mis manos y apretarlas como si en verdad no creyese que estaba “de vuelta”.- Bueno no es para que coloques esa cara, Dan…

—Un mes. –susurró dejando caer sus hombros. Parpadee confundida y ella continuo.- Estuviste un puto mes sin reaccionar, apenas respirabas, y no me asombrarías si bajaste de peso.

— ¿Un mes? ¡Oh dios, es mucho tiempo! P-perdí demasiado tiempo y moriré.

Ella se quedo en silencio antes de arrastrarme al medio de la habitación, con rapidez vampirica se metió a una puerta que parecía llevar a un extenso ropero, dos segundos después volvió con un vestido de lo más cool y un par de zapatos cómodos.

—Aun hay tiempo, si vamos por mamá, ella te puede salvar…

— ¿Dónde esta Denisse? –pregunté mientras me vestía con rapidez.

—Ellos se la han llevado…

— ¿Ellos? –pregunté ceñuda antes de tomar aire y mirar a mi amiga con sospechas.- ¿Dania que…? ¿Dónde estamos?

—En el castillo… ¡Oh dios, apresúrate, podemos salir en cinco minutos!

— ¿Qué castillo? –Pregunté frenética mientras me acomodaba los zapatos y me colocaba el vestido lo mas rápido posible- ¿Qué castillo?

—Estamos en Italia, Aurora, estamos en el castillo real.

¿Jean Paul o Balthazar?

—Mira, tenemos solo una oportunidad de salir de aquí. Yo los distraigo y tú simplemente corre hacia donde tu instinto te guíe.

Y así lo hicieron, Dania pateo la puerta hasta derribarla, dos grandes hombres caminaron de inmediato hacia ellas, pero la pelirroja fue mucho más rápida y empujo a Aurora.

—Corre y no se te ocurra mirar atrás. –exclamó Dania asestándole un fuerte golpe en la mandíbula a uno de los vampiros.

—Cuídate. –pidió Aurora retrocediendo hasta chocar con la muralla. Dania bufo.

—No prometo nada, Aurora, solo vete.

—No, no me muevo hasta que lo digas, promételo. –suplicó Aurora, justo antes de sentir un fuerte plop y frente a ella apareció Antonello quien le sonrió antes de golpear al vampiro que quería atacar a Dania por la espalda.

—Ey, yo lo prometo por ella. Aurora, vete, sigue tu instinto.

—Si… ¡cuídala!

—No tiene por que cuidarme

—Oh ya cállate.

Las voces de ambos resonaron por varios segundos en su cabeza antes de volver a escuchar la voz de su conciencia.

¿Jean Paul o Balthazar?

Ya debes elegir. Elige a quien amas.

Derecha, izquierda, derecha, derecha, derecha… ¿Qué acaso nunca terminaban estos malditos pasillos? Se detuvo solo por un segundo para mirar por encima de mi hombro, respire entrecortado justo antes de que un musculoso y grandote hombre me afirmara de la cadera y me aplastara contra el suelo.

Eres una chica mala, de seguro el rey te querrá matar.

Joder, estaba en grandes problemas. Cerró los ojos y con un potente grito golpeó la cabeza del grandulon, él se movió con sus ojos llenos de asombro mientras veía como de su sien corría sangre.

¿Humano, eh? –dije antes de mover con rapidez mi pierna y azotándola contra su caja toráxica.- lo siento, amigo, no es nada contra ti… pero intento salvar mi pellejo.

Y con esa afirmación salí corriendo, dejando al hombre inconciente tras de mi. Agradecí mentalmente el hecho de que él solo estuviese vivo. Corrí con más fuerza, rogando que nadie más me escuchase. ¿Dónde infiernos iba? Cielo santo, que no estuviese equivocada.

Elige ya: Balthazar o Jean Paul.

Frene en seco, dando un grito de horror y sosteniendo mi cabeza. La voz que acababa de sonar dentro de su cerebro no pertenecía a su ya muy conocida conciencia... Ni de cerca, por que esta era la voz de un hombre.

¡oh, ya me descubrió! ¿Dime, Aurora, a cual de mis dos hijos elegirás?

Una cosa muy filosa se clavo en mi cuello, y chille de dolor, demonios eso dolía como un infierno, pero no eran colmillos… ¡era una aguja!

Dulces sueños, princesita.

Una mujer. Una mujer me había drogado.

Me senté de golpe y me di cuenta que estaba en el suelo. Que linda amabilidad, dejarme en el suelo. Escanee con rapidez lo que me rodeaba y abrí la boca con asombro. ¿Qué demonios pasaba con esta gente?

Estábamos en una jodida asamblea y al parecer yo era la exhibición.

¿U-uh? ¿Qué fue de lo que me perdí?

Dania me envió una mirada de diversión y movió su cabeza de un lado a otro, estaba amordazada al igual que Antonello y Denisse.

Me levante del suelo y sacudí mi falda.

Vaya, yo creí que los reyes eran de lo más amables. U-uh como me equivoque.

Cierra tu boca, chiquilla mal criada.

¿Qué? Oh tu debes ser la madre de Max y Anto. ¡Tus hijos son muy simpáticos! ¿De donde saco Max su simpatía? Por que al parecer ni de ti ni de su padre… Tal vez el padre de Antonello si lo es-

Silencio.

Avril. Ah, si, sabia que era ella. La mire por largos segundos sintiendo que a mi alrededor todos hacían reverencias exageradas. Levante mi ceja y ella clavo sus grises ojos en mí. De ahí salieron los ojos de Jean Paul.

Haz una reverencia frente a tu reina.

Lo lamento –dije apenada, caminando hasta quedar frente a ella, era imponente, sonreí con inocencia antes de estirar mi mano para ofrecerla como saludo.- Lo lamento, señora, porque yo no tengo reina.

Tú perteneces a mi reino, por lo que debes hacer una reverencia.

Ya veo… -ladee mi cabeza y la mire ceñuda.- ¿Debo hacer una reverencia, entonces?

Te estas pasando de la raya.

Bruno. Él levantó su ceja y se recostó sobre la silla, parpadee confundida.

¿Buscas a mi hijo, humana?

Mi corazón latió con furia, me gire con los puños apretados y mire altivamente a Avril.

Te equivocas, no soy humana.

Aun así, buscas a mi hijo.

No.

Son compañeros.

Eso no es cierto.

Estas rompiendo su corazón.

Su marido lo ha logrado. ¿Él quería que sucediera, no es cierto? Así yo tendría que elegir entre Balthazar y Jean Paul. Le divierte saber que mi corazón esta dividido entre ambos… Pero no caeré en su juego.

Con aquella afirmación me gire y mire a Bruno con el mentón en alto.

Déjame decirte, Bruno, que tu fachada fue realmente muy convincente, ¿nadie sospecharía de la sombra de Jean Paul, no? Es realmente muy inteligente de su parte, señor rey.

Así que ya me descubriste.

Él se levanto y camino hasta quedar frente a mí.

Yo que creí que con tu estupidez jamás te darías cuenta. Ahora, Aurora, ya que estas en mi reino, serás condenada justamente…

¿Bajo que cargos?

Bajo los cargos de traición y deslealtad a tu rey, niña insolente.

Como ya dije, usted no es mi rey.

¡Asesínenla, ya!

Debería hacerle caso a su esposa, después de todo esta demasiado asustada y quiere que me muera de una vez…

Esto me recordaba a Alicia en el país de las maravillas, lo único que faltaba era que Avril se pusiera a chillar que me cortaran la cabeza. Me encogí de hombros y mi estomago se anudo cuando la puerta principal se abrió y entro Jean Paul, junto a Balthazar.

No la matare aun, por que esto acaba de comenzar.

Padre, dejadla en paz.

Ah, ¿la defiendes teniendo en cuenta que ella ya eligió?

Jean Paul ladeo su cabeza y me miro a los ojos con una sonrisa de lado.

Si.

¡Hijo! ¿Por qué…?

Por que la amo.

Ah, que romántico de tu parte hijo, teniendo en cuenta que la raptaste y…

Él no lo hizo.

Mi cabeza giró automáticamente a ver a Balthazar, él me guiño coquetamente un ojo y encaró a Avril quien lo miró con furia y resentimiento. Jean Paul miro a Balthazar largos segundo antes de que este comenzara hablar.

De hecho, Avril, lo hiciste tú. Que despreciable.

¡Tú, bastardo, no tienes derecho hablar!

Claro que lo tengo, recuerda que soy hijo de tu amado y asqueroso rey.

— ¡Te voy a matar!

Ya quiero verte intentarlo.

Lo que pasó a continuación fue como en cámara lenta, Avril saco una enorme espada de la nada y se abalanzó contra Balthazar, apenas escuche los gritos de Denisse y Dania por que los míos eran mucho más fuertes, aun así, él jamás despego su vista de mis ojos y no se movió ni un centímetro. Me moví para que no le pasara nada, pero fui detenida por las fuertes manos de Bruno, o del Rey, o como quiera que se llamara. Iba a matar a Balthazar, esa perra lo asesinaría. Pero a último hora, Jean Paul se interpuso en el camino de su madre, quedando con una profunda y de seguro grave herida.

¿Qué harás ahora que él dio la vida por ti?

Si, exactamente eso me preguntaba.

martes, 14 de junio de 2011

Explicación

Antes que nada quiero agradecer el apoyo incondicional de Aphrodite y Viviana –también de Queen.-

Se que fue algo repentino que apareciera después de un montón de tiempo solo para colgar un Honesto y decirles <<No tengo mucho que decir, a parte que el capitulo de mi historia lo traeré en un par de días... & cuando termine este blog cerrara>> No les voy a mentir, esto fue un hermoso proyecto…

Desde hace un tiempo que he cambiado mi forma de pensar, y si lo han notado, también de escribir.

He ordenado mis ideas, y siento que esto no tiene ni un camino….

Chicas, no es que cierre este blog y me desaparezca, simplemente seguiré publicando mis escritos en el blog que comparto con Queen.

Respeto sus opiniones, las cuales me encantaría saber.

Un gran beso, las amo ♥

miércoles, 20 de abril de 2011

Capitulo 34: Ella descubre la verdad.

Viviana: ¡Gracias por comentar! Parece que no eres muy fans de J.P, creo que solo locas como Vaal lo adoran >.< ella sabe que es una bromita.
Vaal o Queen: bah, ya me apiade de tu Jean Paul, así que no me golpees. ¡Aun no cuelgas el capitulo que te mande ¬¬ ni los premios! Avísame, por que si no los subo yo :P Ya, ahora si, les dejo con un nuevo y shockeante capitulo que espero las deje con la boca abierta. **************Capitulo anterior
¿Era mi culpa o él era así desde antes?
Moví mi cabeza para espantar las ideas, ahora eso era lo que menos importaba, tenia que salir de este lugar. Pronto. Al final del pasillo este se dividía en dos, también me fui a la izquierda, corrí y corrí…
¿Y adivinen?
Era un pasaje sin salida.

**************
Y, no, para que sepas no era lo peor.
Lo peor, era que se escuchaban pasos directos a mí. ¡Y que me maldijeran, pero estaba segura que era Jean Paul! Me pegue a la muralla, y con un cuidado golpee los ladrillos. Uno nunca sabe con estas casas, quizás con suerte tiene algún pasadillo secreto.
Solté un grito de espanto cuando me sostuvieron de la cintura, y con todas mis fuerzas comencé a pegar patadas en todas direcciones.
—Diablos, quédate quieta. Soy yo, Antonello. –dijo él mientras tapaba mi boca.
—Y yo, no me olvides, tarado. –la roja cabellera de Dania se apareció al frente mío.
— ¿Qué? Tú no eres importante, yo soy el héroe. -mascullo Antonello entre dientes.
—Sin mi no hubieras llegado aquí… -espetó mi amiga cruzándose de brazos.
—Ya basta, no es momento para discusiones sin sentido. ¡Sácame de aquí! –dije de manera frenética. Antonello bufo y vi, con mucho esfuerzo, como tomaba la mano de Dania y me sostenía de la cintura.
En un segundo estábamos en el pasillo escuchando un grito de furia y después en una playa desierta. Caí de rodillas, sollozando aterrada.
Si, la situación me colapsó. Dios, no quería llorar…
—Tranquila amiga, ya estas a salvo.
—Lo convertí en un monstruo, es mi culpa…
—No, no lo es. Él decidió hacer las cosas mal, es su culpa. No dejes que te haga daño emocional… -dijo Antonello con desprecio.
— ¡Balthazar! ¿Dónde esta Balthazar? ¡Debe escapar! ¡Tiene que irse!
—No, no me iré.
—Balthazar. –me levante y corrí a sus brazos, lo bese tomando su cabello entre mis manos, apretando con fuerza mis labios sobre los suyos. Dándole un beso completamente desenfrenado, que él correspondió sin esfuerzo- Oh, amor… ¡Debes irte! Por favor… por favor… vete.
—No y ya deja de intentarlo. No me iré, punto final. Ahora, sígueme debo llevarte con mamá a que te examine…
—Me mordió –dije cerrando mis ojos mientras lágrimas de impotencia caían por mi rostro.- Mato a una chica… la vi… estaba…
— ¿Cuántas veces te mordió? –interrumpió Dania sonando cortante, levante la mirada algo confundida.
—Solo recuerdo dos, p-pero también creo que fue él antes de irnos al campamento. –dije antes de secar mis ojos apoyada de Balthazar. Dania parecía enojada, y a su lado Antonello tenía sus hombros tensos.
— ¿Puedes saber cuanta sangre bebió de ella, no es cierto Balthazar?
Balthazar bajo su mirada y sus ojos chocaron con los míos.
—Aun no es demasiado tarde, debemos ir con Denisse para que termine su tratamiento… -murmuró Balthazar suspirando.
—O podrías transformarla. –concluyó Antonello frunciendo el ceño. Dania asintió con sus ojos llenos de lágrimas.
O podrías transformarla.
Terminar el tratamiento.

Levante mi mirada, alejándome un par de pasos de Balthazar para pensar coherentemente, él evito mi mirada y eso me ayudo en gran parte para no des-concentrarme. Mi corazón bombeo con más fuerza, no escuche nada más que mi propia respiración agitada.
— ¿Estoy muriendo, verdad? Yo… me estoy muriendo –susurré sintiendo el shock que corrompió mi mente al darme cuenta de la verdad. Balthazar enlazo su mano con la mía y la apretó con suavidad, asintiendo.
****
Jamás en mi vida pensé en el día de mi muerte, por que sabia que solo llegaría y ¡Adiós Aurora!
Pero, ahora no era tan fácil. Tenia por quien quedarme, dos mejores amigas magnificas y un novio vampiro, tres mejores amigos hombres y… mi familia. Tanto que decir y hacer… y tan poco tiempo.
Mire a Denisse que se movía tomando unos frasquitos y murmurando cosas para si misma, estaba así desde que llegamos hace tres horas, en las cuales de mi boca no salio una palabra. Y era mejor así, en silencio, hasta saber que sucedía para que me estuviese muriendo.
No es como si alguien me explicara, Balthazar solo apretó sus labios y me guío a una casita, seguidos por Dania y Antonello. Denisse tampoco me contó que es exactamente lo que sucede… Y necesito respuestas.
— ¡Aquí esta! –Dijo sonando aliviada, Denisse dio rápido pasos hasta tomar mis manos entre las suyas y darme un frasco de color negro.- Bebe eso, Aurora.
—Denisse… ¿Qué me sucede? –pregunté pestañeando rápido para evitar las lagrimas que amenazaban en caer, Denisse me miro con dulzura.
—Un potente veneno esta corriendo por tu sangre, cariño, Jean Paul te tomo sin ser su compañera sabiendo las consecuencias de esto. El veneno los esta destruyendo poco a poco, pero en tu sistema corre más rápido y juntando con el lento proceso de tus recuerdos, podría causar un shock severo –Dio un largo suspiro y apretó mis manos.- Se que piensas que es tu culpa, que empujaste a Jean Paul a hacerlo, pero no lo es en absoluto. Él lo hizo con toda su conciencia, y ahora ambos están en grave peligro. Bebe, bebe eso y cuando despiertes y sepas por completo la verdad te darás cuenta de lo que digo.
La mire confusa por mucho rato antes de llevar la botella a mis labios y beber, no pasaron ni dos segundos y estaba sumergida en un profundo estado de inconciencia.
Imágenes cruzaron rápido, estrellas caían al suelo y el piso temblaba. ¿Qué rayos era eso? Gritos de asombro y felicidad cargaban el ambiente, risas femeninas y amistosas palabras de hombres.
Unas suaves y pálidas manos femeninas tapaban su visión. Las estrellas caían con fuerza, el suelo temblaba tan fuerte que no podía estar de pie. Pensé en gritar de miedo pero seria ridículo ya que nadie lo hacia.
—Tranquila, cariño, ya terminara.
Un escalofrío recorrió su espina dorsal antes de mover sus brazos y aferrarse a los brazos de la mujer, una palabra resonó en su mente casi burlándose de ella.
Madre.
Mamá.
—No lo entiendo… Creí… Pensé que Susana…
—Tranquila cariño, ya tendré tiempo de explicarte todo por ahora debemos salir de aquí.
— ¿Salir de aquí? ¿Cómo?
—Respira profundo, y cierra con fuerza tus ojos. –murmuro suspirando.
—Está bien
Siguiendo las instrucciones, cerré los ojos con fuerza y respire profundo. Dos segundos después estaba cayendo por un acantilado entre los delgados brazos de la mujer a quien me aferre con desespero, parecía que era interminable, el viento chocando contra mi espalda y el agua rodeándome… ¿agua?
Inhale y mis pulmones de inmediato comenzaron a quemar, agua… agua… estaba ahogándome. Patalee desesperada, pero entonces sentí como acariciaban suavemente mi cabello.
—Abre tus ojos, princesa.
El dolor desapareció de inmediato, tosí con el pecho apretado, y no necesite abrir los ojos para saber que estábamos en un lugar rodeadas de flores y personas curiosamente vestidas.
—E-eres la reina de las hadas. -dije impulsivamente sin abrir los ojos, al contrario apretándolos más.- Antonello dijo que habían muerto todas las hadas.
— ¿Cómo sabes que soy un hada, y aun más, que soy una reina?
—Lo se… lo siento, aquí –dije tocando mi corazón, sin abrir los ojos y con voz temblorosa.
—Si, lo sientes. ¿Aun no sabes el por que, verdad?
—N-no… esto es tan confuso.
—Abre tus ojos, princesa, ábrelos y sabrás que sucede.
Y una vez más no pude desobedecer a su suave orden, mis ojos tardaron un poco en acostumbrarse a la leve luz, en los colores profundos de las flores de todos los estilos existentes y mas. De la gente con pequeñas diademas de pétalos y tallos trenzados, de sus ropas hechas por objetos naturales…
—P-por favor, explíqueme que sucede.
—Tú, pequeña, eres mi heredera. Aurora, cuando escape pude esconderme en un invernadero, acababa de saber que en mi vientre estaba cargando al heredero del trono por lo que utilice un poco de mi poder con la naturaleza y me introduje a un árbol pequeño con la promesa de que cuando este estuviera listo yo habría sanado y podría cuidar a mi bebe. Pero sucedió algo inesperado, el invernadero tuvo una gran falla técnica y comenzó a quemarse… -se detuvo un momento antes de suspirar temblorosamente.- Desperté ahogándome y aun demasiado débil para escapar sin arriesgar al heredero. Fue entonces cuando vi a una frágil humana corriendo a socorrer parte de las plantas y supe que era la indicada para cargarte en su vientre. Utilice todas mis fuerzas en colocar mi semilla en su cuerpo, desfallecida inserte un recuerdo falso para que no sospechara de lo que realmente sucedía. No habría podido escapar del infierno que se estaba desatando ahí de no ser por un grupo de hadas que me encontraron muriendo, me cuidaron y me narraron su historia. Eran autos exiliados, que habían decidido irse por que notaron lo que yo no quise ver, Ulysses no tenía control en las relaciones que nos afectaban. Y eso tiene una razón, él no quiere perder el trono de su reinado.
Aurora parpadeo lentamente, sintiendo que su corazón comenzaba agitarse, ¿podría ser esta la razón de la cual hablo Denisse?
— ¿T-Thea, Ulysses envió a los chicos a mi colegio para que me mataran, no?
—Ah, pequeña, Ulysses sabia que su hijo se enamoraría de ti, pero él también era conciente de Balthazar, su otro hijo. Fue terrible de su parte haber jugado con los sentimientos de ambos. Pero ahora que he recuperado por completo mis poderes, tenemos que ir a reclamar lo que nos pertenece…
—p-pero… y-yo… ¿estas segura de que podré hacer esto bien? ¿Y si lo arruino todo?
—Pequeña, estás lista para hacer esto, el trono es tuyo, lo único que debes hacer es elegir.
— ¿Elegir? ¿Elegir, qué? –pregunto Aurora con su ceño fruncido.
—Elegir a quien amas en verdad. –Thea dio ligeros pasos antes de colocar su mano sobre el corazón de Aurora.- Por quien late este corazoncito, si es Jean Paul o Balthazar.

******************
OH MY GOD.
¡Es una princesa! Ah que no se lo esperaban, ¿eh?
Bueno, ya debo irme ^_^
Espero que el capitulo les gustara.

viernes, 1 de abril de 2011

¡Premios!

Antes que nada quiero agradecer a Aphrodite por haberme dado estos fabulosos premios. ^^


Oki, la única regla de este es que se lo otorgue a los blogs que tengan historias que me hagan desear seguir leyendo.
Y esos blogs son:
Strange Obsession.
Delirios estrellados.
Meii
Lady
Iza
Simplemente Sara


Unica regla otorgarlo a quienes considero los mejores blogs, y estos son....
Strange Obsession.
Delirios estrellados.
Meii
Lady
Iza
Simplemente Sara
El club de las Excomulgadas.

¡Ademas, gracias a Viviana!

1-. Decir lo que mas te gusta de este Blog.
¡Bueno, adoro la forma en que escribe Viviana! Me hace enamorarme de cada uno de sus personajes, y muero de curiosidad por saber que pasara con ellos ;)
2-. Pasarlo a 5 amigos o blogger diferentes:
Mia.
Lady
Meii
Vaal
Iza

¡Muchas gracias, pronto colgare un nuevo capitulo!
Besos.

miércoles, 23 de marzo de 2011

Capitulo 33: Monstruo.

Dedicado a Aprhodite gracias por tu ayuda, eres un amor ♥ Eres mi comentadora oficial. ^-^
A Vaal: ¡Amiga, tu siempre te pones del lado de los malvados...! Por cierto... ¡¡Estas desaparecida!! Me has abandonado ya? Pfft, buena amiga que me encontré 88
Y a Viviana: ¡Has regresado! Diablos, si que fue MUCHO tiempo sin verte por aquí *-* Si, todas (menos Val) somos del Team Balthazar, ese chico es un bombón, lo ame desde que lo invente xD ¡Estoy feliz de leerte de nuevo! & no te preocupes, que las locas entendemos la locura temporal de las otras personas. Ajajaja.
Aqui un nuevo capitulo ;)
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—Oh, cariño, parecer sorprendida, ¿esperabas a alguien más o te molesta mi presencia? –Pregunto mientras se sentaba a mi lado, ladeando su cabeza inhaló suavemente.- Ah, claro…
—Y-yo…
—Tú, Aurorita, no tienes más que relajarte y esperar que ese idiota desaparezca. ¿Ya lo hizo una vez, cierto? Solo que ahora, no volverá…
— ¡No! ¿Qué diablos estas hablando? –él se encogió de hombros antes de inclinarse para besarme, retrocedí por primera vez asustada por él.— Fue fácil descubrir quien era, moví un par de piezas y la gente habló. Dime, cariño, ¿Por qué diablos elegiste a ese bastardo si puedes tenerme a mi, el futuro rey? –Su voz era un simple gruñido, su mano viajo a mi cuello y apretó de a poco aumentando su fuerza.- ¡Contéstame! ¡¿Por qué él y no yo?!
—Por que yo la amo y no es un simple capricho –dijo Balthazar apoyado en la puerta con los brazos cruzados sobre su pecho, sus ojos ardían por la furia. Jean Paul no se movió, pero soltó un poco su agarre.
—Eso es mentira. ¡Yo la amo! ¡La amo más que tú! –siseo Jean Paul enseñando sus colmillos con amenaza.
—Si la amaras, sentirías respeto por ella… y eso –Balthazar señaló sus manos sobre mi cuello.- lo único que lograra es que te odie.
—Ella me quiere…
—No lo suficiente para elegirte, Jean Paul. Ahora, es mejor que la dejes.
—Ella es mía, bastardo…
— ¡No te atrevas a tocarla!
Jean Paul retrocedió, alejó sus manos de mi cuello y con una mirada burlona y la suficiente fuerza clavó sus colmillos en mi cuello.
Grite de dolor, y al segundo el caos total se desataba frente a mis ojos… Comenzaron a pelear.
No veía nada, tan solo la oscuridad el dolor extendiéndose por mi cuerpo, los calambres, fuego corriendo por mis venas. Los gritos.
¿Eran mis gritos, o eran los gritos de ellos?
Oh, si, eran ellos.
— ¡Está bien, está bien, maldición! tan solo… solo... no le hagas daño… ¡Detenle! –la voz de Balthazar era tensa, llena de horror.
Una carcajada y la bruma termino de llevarse mi conciencia.
—Actúas extraño. –murmuro Balthazar con la vista perdida en la ruinosa ventana. Trague en seco y seque mis palmas contra mis vaqueros.
Si, yo estaba usando vaqueros. ¡Y una blusa ajustada de color rosado! ¿Qué diablos hacia vestida así…?
—Se supone que funcionaria…
— ¿Funcionaria…? ¿Funcionar que, pequeño monstruo?
—Creí que si cambiaba un poco… ya sabes, llamaría más tu atención.
— ¿Qué?
—P-pensé… P-pensé que… y-ya sabes, que si cambiaba un poco, t-tú… -se detuvo por unos segundos antes de inspirar profundo.- Que si cambiaba tú me tomarías mas en cuenta de otra manera.
— ¿De que “otra manera”? -murmuró con despreocupación. Trague en seco, el hecho de que no me mirara y que no me tomara en cuenta era peor que estuviese furioso y gritara como loco exigiendo saber que sucedía.
—Y-ya sabes, de la otra forma. –él se giro, sus hombros tensos y su mandíbula apretada.
—No hay otra forma en que te pueda tomar en cuenta, Aurora. Así que explícate ahora…
—U-uh Esta bien. Creí que si cambiaba mi ropa y mi forma de ser llamaría tu atención de manera más err sexual…
Una gran sonrisa se extendió en su cara, sus brazos se cruzaron sobre su pecho y lo único que quería era desaparecer de la faz de la tierra. ¡Que vergüenza me hacia pasar este imbecil!
— ¿Y por que hiciste eso, monstruo?
— ¿Por qué? –Él asintió lentamente como si fuese lo más entretenido, la furia comenzó a bullir de forma asombrosa de mi cuerpo.- ¿Por qué? ¡¿Por qué?! ¡Vale, porque parece que después de compartir unos besitos tu mejor idea es despedirte y marcharte como si nada importara!
— ¿Eso crees, pequeña? –pregunto apretando sus labios para no dejar escapar una sonrisa, bufe y me apreté contra la pared. Él se acerco, con pasos largos y elegantes, estiro su mano y acaricio mi cara con la yema de sus dedos. Un suspiro tembloroso salio de mis labios y hice una mueca de enojo ante mi debilidad que él delineo con ternura. Sus ojos se oscurecieron, su mano bajo por mi mandíbula y acaricio mi cuello.- Entonces, estas demente, monstruo. ¿Sabes por la razón que me marcho? No, claro que no. Maldita sea, eres tan pequeña y frágil, tan delicada… Cuando te beso, te toco, demonios cuando estoy cerca de ti tengo la aplastante necesidad de tumbarte y follarte hasta que no puedas saber si soy parte tuyo o no.
Mis mejillas ardieron, él mojo sus labios y se inclino dejando su cabeza en el recoveco de mi cuello, su aliento reboto contra mi piel y cerré los ojos disfrutando este momento.
—Deberías sentirte mal por no entender que te amo tal cual como eres, no necesitas cambiar para que me llames más la atención. –Depositó un suave beso antes de enlazar su mano con la mía.- Vamos con lentitud, ¿vale? Para que te acostumbres.
—No me necesito acostumbrar, imbecil –espete ansiosa.- yo… u-uh se que estoy preparada, hazme caso…
—Créeme, lo necesitas –ronroneo con su voz llena de sensualidad. Y como si no fuese suficiente aclaración sus palabras, apretó su cuerpo contra el mío y al sentir su erección entendí que era lo que quería decir…

— ¡Maldita sea, despierta!
El dolor de mi mejilla dolió más que cualquier otra cosa. Abrí los ojos con un gemido escapando entre mis labios.
— ¿P-por que haces esto, Jean Paul? Me estas lastimando –dije mientras grandes lagrimas corrían por mis ojos. Él estaba inclinado sobre mí y sus ojos grises se oscurecieron hasta colocarse alarmantemente negros.-
—Tú lo hiciste. ¡Me haz dañado y lo estoy devolviendo de la mejor manera! –gruño apretando su mandíbula. Su mano se levanto, pero dudo en tocarme. Tras un momento, la dejo caer y alejo sus ojos de los míos. Su voz era como la de un pequeño niño terco, con una idea fija en la cabeza.- ¿Aun me amas, no es cierto?
Mis ojos se abrieron de par en par cuando apoyo su cabeza sobre mi pecho y se estremeció, Jean Paul… Jean Paul estaba llorando.
Todo desapareció a mi alrededor de lo único que fui conciente era de los sollozos ahogados y gemidos angustiados que soltaba de vez en cuando, mientras se aferraba a mi cuerpo con fuerza.
No hablamos. Pero sabía que esperaba que le contestara su pregunta. Y también el muy maldito sabía que no seré capaz de romperle el corazón.
¿Qué diablos hago?
—Jean Paul…
—Debo decirte algo. –Me corto con voz enronquecida por los sollozos, levanto sus mirada y me asuste al ver un matiz rojo en sus ojos.- Hay algo que te oculte por que era para nuestro bien… Pero ahora veo que no hay nosotros. Al menos no aun…
Se quedo callado mientras una juguetona sonrisa escapaba a sus labios, y su mirada se volvía distante como si estuviera recordando algo bueno. Muy bueno. O muy malo, quizás…
—Poco después de conocerte, ya sabía que tenías un compañero. –dejo escapar un suspiro con melodramática burla. Parpadee confundida, se suponía que él no supo hasta que me paso aquel pequeño accidente con la astilla… Inhale profundo y lo mire asustada.- Cuando rompimos… No debió haber salido así, maldita sea si Antonello no hubiese metido su nariz en esto ahora estaríamos juntos.
— ¿Qué?
—Si, para que sepas eres como un pequeño bombón con fresas, irresistible. –Él paso su nariz por mi cuello y sonrío dándole un suave beso, me retorcí intentado escapar pero solo me sostuvo con más fuerza.- Si, es cierto, te mordí… Y lo volvería hacer. ¿Después de todo somos una pareja, no es cierto, pequeña?
— ¡Estás loco! ¡Demente! Yo no soy tu condenada pareja, no tienes derecho a tocarme ni a probar mi sangre. –grite mientras luchaba por salir de entre sus brazos, palie todo lo que pude lo golpeé, pero ni se movió.
—Es cierto, no somos una pareja.
El miedo me comenzó a jugar una mala pasada. Jean Paul estaba cabriado. Demasiado. Y eso, en sus condiciones, era malo. Me quede quieta, sus ojos buscaron a los míos mientras una sonrisa tensa y dura comenzó a surgir de sus labios.
—Eres malvada, Aurora, mira donde me haz hecho caer… -gruño antes de abalanzarse a mi cuello.
Cerré los ojos y temblé de dolor. Me concentre en los recuerdos, no podía pensar en lo que estaba sucediendo…
Tenia que escapar de alguna manera.
— ¿Y, que dijo tu tía sobre el viaje?
—U-uh no le dije. –Me encogí de hombros y bese su mandíbula.- Dania y yo estaremos en una conferencia de personas de mentes desviadas.
Balthazar estallo en carcajadas apenas termine de decir aquello.
— ¡Deja de reír, no es gracioso en absoluto! –grite intentando sonar enojada, pero falle por la gran sonrisa que iluminaba mi rostro. Balthazar me miro por unos segundos serio antes de volver a estallar en carcajadas contagiosas.
—N-No puedo creer que le dijeras eso, monstruo. ¡Espera! ¿Tu tía en verdad lo creyó?
—Uhm… Si, eso es la parte que no te conté –dije mientras me sonrojaba y metía la mano a mi bolso de Emily Strange, rebusque un poco antes de sacar entre mis dedos un paquete de condones, sus cejas volaron y se puso a reír otra vez.- Mi tía, dijo que si necesitábamos más que la llamáramos y le diéramos la dirección de donde estamos.
— ¿Y que haría la pobre, levantarse, ir a la farmacia y comprar más condones y llevarlos mientras nosotros nos aguantamos las ganas? –Bromeo moviendo sus cejas sugestivamente, golpeé su hombro antes de darle un suave beso.-
—No esperaba menos de mi tía. ¿Qué dijo Denisse de nuestro viaje? –pregunte antes de acomodar mi cabello y subirme a su auto, en un segundo él estaba en su asiento.
—Dijo que disfrutáramos de nuestro fin de semana y que nos cuidáramos. –Su ceño se frunció un poco antes de bufar.- Dania, dijo que me volvería loco, ¿así que truco estas escondiendo, pequeña?
— ¿Yo? –Batí mis pestañas de manera inocente y sonreí con ingenuidad.- No he hecho nada… No te preocupes, prometo portarme bien. ¿Sabes que tiene jacuzzi? ¡oh, y también hay un sauna!
— ¿Aurora? –Pregunto después de unos segundos de silencio, yo levante la mirada y sonreí asintiendo.- ¿Estas completamente segura de esto, cierto? No quiero que después estés llorando y diciendo que te he robado tu preciosa virginidad y que soy un cabrón arrogante, presumido y no sirvo para nada.
—Oh, amor, te juro que estoy muy segura. Además, eso de "cabrón arrogante y presumido" es completamente cierto, pero de que sirves… -le di una mirada descarada y cerré un ojo con coquetería.- Si que sirves.
—Aurora –advirtió en un gruñido. Yo me reí mirando por la ventana.- ¿Qué tan lejos estamos?
—Bastante lejos de nuestra casa, y bastante lejos del centro a donde vamos. ¿Por qué? –pregunte sin desviar mi vista del paisaje. Él mascullo algo sin sentido y estaciono el auto antes de tomarme entre sus brazos y besarme con ansiedad.
—Porque, ya es hora de otra de tus clases –murmuro mientras besaba mi cuello y lo mordisqueaba con glotonería.

Todo estaba oscuro y frío, por un momento creí que estaba muerta, pero después me di cuenta de que no era así. No había rastros de Jean Paul, pero mi cuello dolía un montón. Me senté sobre la cama, y fruncí mi ceño, me estire y bostece.
Mis ojos volaron a la puerta, estaba sin seguro y no era una trampa. ¡Hora de irme! Pise el suelo y caí de rodillas, enojada, me levante y mire por que me tropecé. Grite con horror y retrocedí, cayendo otra vez a la cama. Levante mis pies y me auto abrace mientras mi cerebro intentaba procesar lo que acababa de ver.
Una chica desnuda y muerta…
Suprimí una arcada y salte lo más lejos posible, no volví a dar otra mirada al pobre cadáver y corrí a la puerta. Inhalando bruscamente la abrí y mire al exterior. Vacío. El pasillo estaba desolado, el problema era que no tenia la condenada idea de donde ir. ¿Derecha o izquierda? ¿Izquierda o derecha?
Izquierda. Si, es mejor la izquierda. Con los pies desnudos y un camisón blanco que apenas dejaba mi cuerpo a la imaginación corrí como si me persiguiera el demonio. Y es que justamente en eso se había convertido el pobre Jean Paul, en un demonio…
¿Era mi culpa o él era así desde antes?
Moví mi cabeza para espantar las ideas, ahora eso era lo que menos importaba, tenia que salir de este lugar. Pronto. Al final del pasillo este se dividía en dos, también me fui a la izquierda, corrí y corrí…
¿Y adivinen?
Era un pasaje sin salida.

jueves, 10 de marzo de 2011

Capitulo 32: Sorprendente reencuentro

¡Nuevo capitulo, la mayoría es recuerdos...! Amo sus recuerdos, ^^.
Sin mas que decir, disfruten de la lectura.

—Balthazar… Balthazar me duele… -mi voz se quedo ahogada. Sus manos sostuvieron mis brazos extendidos, sus ojos estaban muy abiertos y su respiración agitada.
Por lo poco que pude ver, me di cuenta de que estábamos en la casa abandonada. Él estaba furioso, mirando los cortes de mis brazos que yo claramente evitaba ver.
— ¿C-cuando? ¿Cuándo te has hecho esto? –pregunto con la mandíbula apretada. Sus labios apenas se movieron, me negué a mirarlo.- ¡Cuando maldita sea!
—Hace poco… -murmure avergonzada.- Están cicatrizando con rapidez, Balthazar, no hay de que preocuparse.
— ¡Claro que me preocupo! Maldición, no te das cuenta del daño que podrías hacerte…
—Si, ese es el punto, Balthazar. Hacerme daño, desquitarme conmigo misma. –mi cuerpo comenzó a vibrar cuando él se inclino y lentamente con cuidado, beso mis heridas. Sobresaltada, sentí algo húmedo.
Su lengua.
Sonrojada, intente quitar mis brazos, pero él solo me sostuvo con fuerza, obligándome a quedarme ahí.
Cuando él dejo de lamer mi brazo derecho, pasó al izquierdo. A esa altura mi respiración solo era un jadeo, era muy sensual… Excitante. Cuando él dejo caer mis brazos, los deje ahí, sabiendo que mis temblores eran demasiados para siquiera intentar soportar el peso de ellos.
Balthazar me miraba fijamente, yo solo miraba el suelo. Aun asombrada por lo que acababa de suceder. Tragando en seco me obligue a mi misma levantar mi cara y hacerle frente.
Sus ojos estaban de un extraño rojo carmín. Pero no importaban en absoluto, no había miedo cerca de él. Dando un paso, y luego otra, y otro, rompiendo cualquier distancia entre ambos, lo abracé, apretándome contra su pecho.
—Creo que jamás lo he dicho en buenos términos, imbecil, pero te amo. Eres lo más importante en mi vida. Mi corazón solo es tuyo, te amo. –Dije con mi cara hundida en su pecho, aspirando su olor.- Te amo.
—No, no lo haces –dijo colocándose tenso, me alejo de él con brusquedad y me dio la espalda.- No puedes amarme, Aurora, soy un monstruo.
—No lo eres. –Dije negando frenéticamente.- No lo eres.
— ¡Si! Soy un vampiro, Aurora. –grito frustrado. El silencio no lo tomo por sorpresa, pero si lo hizo cuando lo abrazo fuerte por la espalda.
—Ya lo se. Lo se, y dios, aun así te amo por completo. –dije en un murmullo quebrado.


Mi garganta estaba seca como nunca, mis parpados pesaban y mis músculos estaban agarrotados. Aun así, estaba consiente de que no estaba en la cama, y por el olor a medicamento, entendí que estaba en la clínica.
No supe cuando me trasladaron o por que, tampoco quería saberlo. Tenía la mala impresión de que las cosas estaban hechas un asco…

Es de noche, pero no se cuanto llevo dormida. Podía escuchar levemente las voces bajas desde afuera de la habitación, al parecer muy afectadas. Tome aire, sintiendo el doloroso pinchazo en los pulmones. Entrecerré los ojos e intente mirar quien estaba en la habitación, pero no sirvió de nada.
Agradecí que las ventanas estuvieran abiertas, antes de caer de nuevo en mis recuerdos…

—Balthazar, por favor espera…
— ¿Esperar? ¿Esperar qué? –gruño a la defensiva. Puse los ojos en blanco y mis manos, que estaban en mis caderas volaron con rapidez a su cara, lo tome con cuidado y lo obligue a mirarme.
—Se que lo necesitas, no tienes por que avergonzarte…
—No me avergüenzo –reclamó cerrando los ojos. Trago en seco y muy suavemente se alejo de mí.- Escúchame, por que será la última vez que lo digo: Me da miedo. Si, maldita sea, me da miedo que me convierta en lo que mi padre es. ¿Vale? Me da miedo hacerte lo que él hizo con mi madre…
—No lo harás –dije con decisión. Sostuve su mano con fuerza entre las mías y lo mire a la cara con impaciencia.- Yo no permitiré que lo hagas, no te dejare ir. No sin mí.
Él se acerco y con brusquedad me abrazo, no importo. Busco mis labios y me beso con impaciencia, apoyándonos contra una muralla. El beso se volvió más fuerte, más sensual. Su lengua no tardo en entrar a mi boca y sus manos en recorrer mi cuerpo.
Gemí gustosa, y él se tambaleo con sus ojos cerrados. Pero esta vez no se marcho. Lentamente, me despegue de la muralla y mi mano derecha delineo sus labios, los entreabrió un poco y la punta de su lengua toco una de mis yemas, sin aviso, succiono y sus colmillos se clavaron con brutalidad en mi dedo.
Dolió, pero me quede en silencio, mirando maravillada como él se alimentaba de mí por primera vez.

—Ah maldita sea, Aurora, ¡Respira!
Inhale con los pulmones adoloridos, solloce sin fuerzas. Dolía como el diablo. Sentí una suave mano en mi frente, y la voz que me habló se me hizo tan conocida…
¿Denisse?
—Eso es cariño, inhala y luego exhala, cariño se que duele pero debes seguir, o tendrás que usar el respirador artificial. Se que eres fuerte, inhala, exhala, no pierdas el ritmo…
Seguí sus instrucciones al pie de la letra. Si Denisse lo decía, era por que era cierto. Abrí mi boca para hablar pero un asqueroso sabor me lo impidió.
—Te asombrarías si te digo que es lo que te hicieron beber, así que es mejor que solo mantengas el silencio. –Sentí como ella se movió arreglando unas cosas y después se acerco a mi oído.- Mis niños vienen a verte todos los días, cariño, jamás estás sola o se quedarían a diario…
Sentí como las lágrimas corrían por mis mejillas pero no fui capaz de saber porque lloraba, ella limpió con cuidado mis lágrimas.
—Cariño, es importante que termines con esto… Tranquila, mi niñita, podrás hacerlo.

Y con esto, todo se volvió oscuro…
Estábamos en el parque, parecía ser otoño. No había mucha gente, como era normal, Balthazar se veía muy cómodo acostado en el césped, por lo que decidí que era tiempo de molestarle y me tire encima suyo, haciéndole cosquillas.
Ambos reímos, con rapidez inhumana, quede bajo él y cuando me aliste a reclamar, sus labios cubrieron los míos. Las cosquillas quedaron en el olvido de inmediato.
Sus manos lentamente exploraron bajo mi vestido, tocando mis piernas, sus labios bajaron por mi cuello. Gemí cuando sus colmillos se arrastraron con suavidad por mi piel y después su lengua paso por las pequeñas heridas que acababa de hacer.
Moje mis labios y mis uñas se clavaron en sus hombros cuando su mano subió hasta mis bragas.
— ¡Oh, maldita sea, váyanse a un motel! ¡Ugh, Que asco!
— ¡Dania!
— ¿Qué? Solo quiero a mi mejor amiga por unos minutos. ¡Diablos, tápala un poco! –reclamo señalando mi vestido. Balthazar gruño y me sostuvo debajo de él, posesivamente. Dania puso sus ojos en blanco mientras me miraba y se colocaba a reír.
Estaba avergonzada.
Bueno, avergonzada era poco. Es solo que cuando Balthazar me besaba y comenzaba a tocarme, como que mi conciencia se iba al diablo y no podía pensar en más que él. Y a decir verdad, últimamente ha estado muy *cof* caliente *cof*, y me ha puesto en escenas de lo más vergonzosas.
Me levante de un salto y mire con culpabilidad a Balthazar, él puso sus ojos en blanco cruzándose de brazos. Sin poder evitarlo me coloque a reír, era como un niño pequeño. Me incline y le di un rápido beso antes de seguir a Dania en Skate.
Me guió al centro comercial, pocas veces íbamos ahí por que no vendían ropa de nuestro gusto, así que lo evitábamos la mayor parte del tiempo.
Con el skate en la mano, ambas caminamos ignorando los murmullos y las miradas de la gente. Dania compro helados y nos sentamos un rato, ella me miraba con burla y yo evitaba verla.
—Oh cuéntame los detalles.
— ¿Detalles? –Dania asintió como si fuese obvio.- ¿de que?
—Vamos, ya sabes… ¿Tu y Balthazar follaron, no? –Dijo ondeando su mano con una gran sonrisa-
— ¡Dania! –exclame escandalizada, ella frunció el ceño y yo me puse mas roja negando suavemente como respuesta.- Además, creo que no estoy preparada…
— ¿Ah si? Déjame decirte que los vi a ambos muy preparados ahí en el parque, y en la pieza de Dante y en el comedor, y…
—Vale, lo he entendido –reclame descubriendo un nuevo rojo en mis mejillas. Ella se carcajeo con burla y tomo mis manos cuando vio la preocupación en mi mirada.
—Cariño, déjame decirte que a mi hermano no le faltan ganas, de hecho le sobran. No te avergüences, es bueno que lo hablemos. Ven si quieres que funcione iremos de compras…
—Mi ropa esta bien.
—Claro, siempre esta bien tu ropa. Pero la interior, bah, es pura basura.
— ¡Dania!
—Perdón, perdón… Vamos, aprovecha que corre por mi cuenta. Tómalo o déjalo. –dijo cerrando un ojo con picardía. Mordí mi labio y asentí, ella se carcajeó.- Vale, ahora, esta misión es para volver loco a mi hermanito.

Abrí mis ojos, parpadeando con horror. Me senté de golpe y sentí que mis mejillas se llenaron de color, ignore el dolor que lleno mi cuerpo y mire alrededor…
— ¿Eres tú, cierto? –gruñí al sentir una presencia.
—Depende de quien es “Tú”
Mis ojos casi se salieron de mi cara.
¡Oh dios!
¡OH DIOS!

—Jean Paul –murmure shockeada.